Vino con el viento
bailando en medio
de floridos desconocidos
Vino sin aviso y
sin palabras
simplemente llegó
y enloqueció mi mundo
No sabía que sucedía
con ella
La música de sus pasos
la avenida de sus
piernas interminables
el fuego de sus cabellos
dulces
el amanecer de su rostro
la flor de sus labios y
la poesía de sus ojos
inquietos
me convirtieron en un
adicto;
adicto a su presencia
adicto a su aroma
adicto a todo lo que ella
hacía
Su corazón era tan grande
como las distancias
que la vida puso entre
nosotros
Ella sabía que en mi
podía encontrar
amor genuino
puro y simple
Yo sabía que ella,
como nadie en este planeta,
había tocado en mi
las más profundas emociones
las más intensas y alegres
emociones
Un día, tarde
le dije lo que ella
me hacía sentir
Sus ojos inquietos
comenzaron a palpitar;
ella lucía hermosa
ella era la mujer más hermosa
que había visto
ella era la más dulce
ella me encantaba
Y he allí los dos;
ella no paró de hablar
pero nada me dijo
Simplemente se marchó
prometiendo regresar al
día siguiente
Nunca más hablamos
de lo que conversamos
aquel día, tarde
Todo continuó igual
pero a la vez
nada era lo mismo
Ella seguía enloqueciéndome
con su presencia
Ella seguía deleitándome
con sus tiernas maneras
Pero yo sabía
que había un mensaje
que no podía ignorar
y que no quería aceptar
Había llegado tarde a sus días.